El Día Internacional de la Mujer Indígena se conmemora cada 5 de septiembre, la fecha se instauró durante el Segundo Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América llevado a cabo en 1983 en Tihuanacu, Bolivia.
Las mujeres indígenas enfrentan muchos desafíos que incluyen la discriminación y violencia en su contra. Sus oportunidades laborales son limitadas, tienen dificultades para acceder a la educación y al sistema de salud, además son vulnerables ante la violencia doméstica.
La discriminación de la mujer indígenas ocurre por partida triple: razón de género o por el simple hecho de ser mujeres, por su origen indígena y por la situación económica que enfrentan.
El origen de la conmemoración
La fecha está marcada por la resistencia de Bartolina Sisa, una mujer indígena y lideresa del pueblo Aymara que nació en Cuzco, Perú. Junto a su esposo, Túpac Katari, encabezaron la rebelión indígena en los Andes en 1781. Sitiaron la ciudad de La Paz durante seis meses en su lucha contra el colonialismo y la dominación española.
Bartolina fue capturada por los soldados españoles, mientras era prisionera sufrió muchas humillaciones, fue violada y torturada de manera salvaje, finalmente llevada a la horca el 5 de septiembre de 1782 en La Paz, Bolivia. Tras su muerte, Bartolina Sisa, mujer indígena inquebrantable, se convirtió en un símbolo de la resistencia contra el colonialismo y la lucha por los derechos de los pueblos indígenas.
Mujer indígena: Retos y datos
Hoy en día, los pueblos originarios son el sector de la población más vulnerable en todo el mundo. De acuerdo con la ONU, hay aproximadamente 476 millones de personas indígenas en 90 países, lo que representa el 5% de la población mundial. En Latinoamérica, se estima que hay más de 500 pueblos indígenas que suman cerca de 42 millones de personas. De esta población, aproximadamente el 59% son mujeres.
En el caso de México, en el Censo de Población y Vivienda 2020, llevado a cabo por el INEGI, reveló que alrededor de 23 millones de personas mayores de tres años se identificaron a sí mismos como pertenecientes a una comunidad indígena. De este total, 11.9 millones (51.4%) son mujeres y 11.3 millones (48.6%) son hombres. Además, de este grupo de personas que se identificaron como indígenas, 7.1 millones (30.8%) hablan alguna lengua indígena y no lo hace 16.1 millones (69.2%).
Según datos de CONAPO del 2022, en Oaxaca la población es de 4,186,832 de las cuales el 52% (2,178,038) son mujeres y el 48.0% (2,008,794) son hombres. El 65.7% de la población se considera indígena, representando el primer lugar nacional por volumen de población. Existen 16 grupos étnicos y el pueblo afroexicano. Hay 54 variantes lingüísticas, de las cuales predominan el Zapoteco y el Mixteco. El 16.6% de la población habla alguna de lengua indígena, además de las mencionadas, destacan el Mazateco, Mixe, Chinanteco, Chatino, Triqui, Huave, Cuicateco, y Náhuatl.
Cerca del 86 por ciento de las comunidades indígenas obtienen sus ingresos de la economía informal, la probabilidad de que vivan en la pobreza extrema es tres veces mayor.
A nivel internacional, existen mecanismos legales que buscan proteger sus derechos, tales como el Convenio 169 de la OIT y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. México ha firmado estos instrumentos, sin embargo, se les considera como blandos y no son jurídicamente vinculantes.
Como contribuir en favor de la mujer indígena
Lo ideal es construir sociedades más justas, pero, podemos apoyar este día creando conciencia sobre las adversidades que enfrentan las mujeres indígenas, también enriqueciendo nuestro conocimiento sobre los pueblos indígenas de nuestra región y el papel que las mujeres han desempeñado en ella. Otra manera de apoyar es fomentando una mayor inclusión y equidad de género, especialmente en las políticas públicas.
Recordemos, este día se honra a la mujer indígena, se destacan y reconocen sus valiosas contribuciones a la humanidad. Las mujeres indígenas han sido y siguen siendo pilares fundamentales en la preservación de la cultura, tradiciones, idiomas, conocimientos y el bienestar de sus comunidades.
“Cuando una niña pierde su arraigo e identidad, también pierde el pueblo, ya que ellas representan la continuidad de la identidad, de las raíces, de las prácticas culturales, y la continuidad de ser pueblo indígena, y no podemos seguir perdiendo más niñas y jóvenes por cosas como el racismo y las expresiones de discriminación”
Laura Hernández, Mujer indígena del pueblo Náhuatl.