Pan de muerto de Oaxaca

Día de Muertos en Oaxaca, así se vive

El simbolismo detrás de este festival del Día de Muertos en Oaxaca es la celebración a la vida y la muerte.

El Día de Muertos es una festividad popular muy arraigada, que consiste en la visita de las almas de los difuntos al mundo terrenal, esta festividad fortalece la unión, familiares y amigos se reúnen, comen, beben y bailan, para recordar a quienes han fallecido y dar gracias por el tiempo que estuvieron en la Tierra junto a ellos.

El duelo tiene un significado diferente en la cultura oaxaqueña, se honra a los seres queridos, visitando los cementerios para decorar sus tumbas con flores, alimentos y bebidas, también se hacen altares y se encienden velas.

El aporte gastronómico de Oaxaca a la celebración, incluye el tradicional mole negro, el chocolate, pan de muerto, dulces típicos, manzanitas de tejocote o el nicuatole.

Comida para el Día de Muertos en Oaxaca
Diversidad gastronómica en el Día de Muertos.

En Oaxaca, a la muerte no se le llora, ¡se le celebra!

«En cambio si tú me cantas. Yo siempre vivo, yo nunca muero.».

Andrés Henestroza

El Día de Muertos en Oaxaca está lleno de color, no faltan la música, bailes, comida y sobre todo la alegría. Los días de fiesta no se limitan al 1 y 2, duran una semana; hay comparsas, conciertos musicales, concursos de altares y calaveritas literarias, obras teatrales, ferias de artesanos, visitas a los panteones, entre otras actividades donde destacan los colores, aromas y sabores que evidencian la riqueza cultural de la celebración.

Las festividades inician con una gran comparsa o “muerteada”, una peregrinación nocturna en la que participan miles de personas que bailan y se divierten. La comparsa es amenizada con bandas musicales que interpretan canciones tradicionales y recientes al ritmo de percusiones e instrumentos de viento. Durante el recorrido la música es interrumpida brevemente por el estruendo de los fuegos pirotécnicos, algunos tan brillantes que iluminan el cielo.

La comparsa inaugural inicia en el Llano, sigue por avenida Juárez, Humboldt, Cosijopi, García Vigil, Morelos y llega hasta la Plaza de la Danza. Muchos participantes portan disfraces que incluyen trajes típicos, hay catrinas y catrines, quienes no se disfrazan suelen maquillarse de los mismos personajes.

Después de la mega-comparsa de inauguración, hay “muerteadas” más pequeñas que se llevan a cabo en diferentes días y horarios durante la semana de festejos. El 1 de noviembre se llevan a cabo dos comparsas que destacan, la “muerteada” de San Agustín Etla y la del Barrio de Jalatlaco.

Jóvenes participan en Muerteada. Foto de Oaxaqueando.

Altar de Día de Muertos en Oaxaca

Los altares muestran reverencia y son una ofrenda para aquellos que han dejado este mundo para siempre. No solo se colocan en las casas, también en panteones, oficinas, iglesias, escuelas, centros comerciales, y en todo lugar donde se quiera hacer una ofrenda a los difuntos.

Los altares se decoran con flores, en especial la de cempasúchil, se le colocan dulces típicos, tamales, chocolate, mezcal, pan, cacahuates, caña, frutas de temporada como manzanas y mandarinas, además de platillos de lo que más le gustaba comer y beber a la persona fallecida, se agrega hasta arriba una fotografía de ellos. También se pueden incluir figuras religiosas y papel picado. El altar es un pequeño santuario al recuerdo de un ser querido.

Los altares hechos con dos niveles simbolizan la tierra y el cielo; los que se hacen con tres niveles, agregan la representación del purgatorio, los altares con siete niveles simbolizan los pasos para entrar al cielo o al Mictlan, para algunos son los siete pecados capitales.

Los altares incluyen los elementos: tierra, agua, aire y fuego. Las cenizas son la tierra. El agua calma la sed de un alma después de su travesía hacía el mundo de los vivos. El papel picado es el aire. El fuego de las velas es la luz que guía a las almas en su camino a casa desde el inframundo.

En algunos panteones se organizan concursos de altares, se pueden encontrar altares muy vistosos y coloridos en todo el andador turístico de Oaxaca.

Altar día de Muertos en Oaxaca
Altar de muertos en la cátedral de Oaxaca. Foto de Mario Joaquín.

Visita a panteones

Por la pandemia que atravesó el mundo, los panteones estuvieron cerrados, sin embargo ya se han abierto al público la mayoría. Las tumbas se adornan con flores, veladoras de cera, alimentos y bebidas, los familiares y amigos se reúnen alrededor de ellas donde a veces pueden pasar toda la noche en vela, entre rezos y convivencia.

Los principales panteones de la ciudad de Oaxaca son, el General, del Exmarquesado, de Xochimilco y el panteón Jardín, además son populares el de San Felipe, de Xoxocotlán y de Atzompa dentro de la región de Valles Centrales.

Otras actividades del Día de Muertos en Oaxaca

Por todos los elementos que integran esta festividad, la Unesco declaró el Día de Muertos en México como Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad desde noviembre de 2003.

Los festejos del Día de Muertos en Oaxaca inician el 27 de Octubre y por lo regular cierran el 2 de Noviembre. La feria del Chocolate y Pan de Muerto concentran a artesanos panaderos y chocolateros, quienes exhiben sus productos y muestran parte de la elaboración.

Las principales actividades tienen lugar en el Zócalo, el parque del Llano, el exconvento de Santo Domingo, la Plaza de la Danza y el atrio del Templo de Xochimilco, Jardín Carvajal, Jardín El Pañuelito y el Palacio Municipal de la ciudad.

Según tradiciones de algunos pueblos de Oaxaca, el 31 de octubre por la noche comienzan a llegar las almas, el día 1 de noviembre celebran «llevar los muertos», esta costumbre consiste en una peregrinación dentro de la comunidad, de casa en casa, para dar obsequios de las ofrendas a familiares y amistades cercanas. Canastas, ollas o cualquier recipiente sirve para entregar los obsequios que son: mole, pan, naranjas, manzanas, chocolate o mezcal.

Con la celebración de Día de Muertos en Oaxaca y México, fortalecemos los lazos de amor con nuestros seres queridos que se nos adelantaron, los recordamos a ellos y los vínculos que tuvieron con nuestra existencia. Es un día especial para las familias, una celebración a la vida porque solo los vivos pueden honrar a los muertos.

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